From: Maritza Del Rio - CD OBREGÓN, SON-MEXICO
PREFACIO
Por ser un hermano de mas edad, se me ha concedido el privilegio de escribir algunas palabras como prefacio en este pequeño libro, el primero que ha escrito un hermano mas joven de cuerpo, ciertamente, pero no de alma.
Las enseñanzas en el contenidas le fueron dadas por su Maestro al prepáralo para la Iniciación, y el los ha trascrito de memoria, lenta y laboriosamente, por que el ano anterior sabia mucho menos ingles que ahora. La mayor parte de esta obra es una reproducción de las propias palabras del Maestro; y lo que no sea reproducción verbal, es el pensamiento del Maestro revestido de las palabras de su discípulo.
El Maestro suplico dos frases omitidas. En otros dos casos fue agregada una palabra que faltaba. Aparte de esto, la obra es enteramente de Alcione; su primera dadiva al mundo. Que este libro pueda ayudar a otros, así como la enseñanza oral le ayudo a el. Con Tal esperanza nos los da. Pero las enseñanzas tan solo puede ser fructíferas si las vivimos, como el las ha vivido desde que brotaron de los labios de su Maestro. Si el ejemplo es seguido a la par que el precepto, entonces la Gran Puerta que se abrió al escritor se abrirá para el lector y sus pies hollaran el sendero.
Annie Besant.
Durante el tiempo del sueno, los que transmitan verdaderamente el sendero de superación interna, van estableciendo progresivamente el puente de relación entre las actuaciones de la conciencia vigilica e interna.
Alcione estaba siendo probado para saber exactamente si ya podía retrotraer a la conciencia vigilica, lo que había experimentado en la conciencia interna, durante el sueno. Para tal comprobación, el señor Leadbeater lo llevaba en su cuerpo astral a la mansión del Adepto Koot Hu My y este le daba las instrucciones o normas de conducta que todo Esoterista debe aplicar en su vidas, las que Alcione debía trasladar al papel al despertar y así saber exactamente su desenvolvimiento interno y la capacidad que por evolución había adquirido para relacionar la endoconsciencia, con la conciencia vigilica u ordinaria.
Como lo dice la doctora Annie Besant, el Adepto tuvo luego simplemente que suprimir dos frases omitidas y agregar una palabra que faltaba en la enseñanza, tal como el la había dado a Alcione en la consciencia interna.
En vista de la trascendencia e importancia que las enseñanzas dadas por el Adepto tienen para la humanidad, se publicaron para bien del mundo, con el titulo "A los pies del Maestro".
Muchas ediciones del precioso opúsculo se han hecho en casi todos los idiomas, y ahora se hace una edición en Colombia dedicada a los Esoteristas, no importa la vía que transiten, como para la juventud anhelante de ennoblecimiento y superación.
A LOS QUE INVESTIGAN
De lo irreal
Condúceme a lo real.
De las tinieblas
Condúceme a la luz.
De la muerte
Condúceme a la inmortalidad.
PROEMIO
Estas no son palabras mías; son las palabras del Maestro que me enseño. Sin El, nada hubiera yo podido hacer. Mas con su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Tu también deseas hollar el mismo Sendero y así, las palabras que El pronuncio para mi, te servirán para lograrlo si las obedeces. No basta decir que son bellas y verdaderas; aquel que quiera triunfar deberá hacer exactamente cuanto ellas prescriben. Un hambriento no se satisface mirando la comida y diciendo que esta buena; preciso es que extienda la mano y coma. De igual modo, no basta que tu escuches la palabra del Maestro, debes poner en practica cuanto El dice, atento a cada palabra, cumpliendo cada indicación. Si alguna indicación no fuere seguida, si pasare desapercibida una palabra, estarán perdidas para siempre, porque El no las repite.
CUATRO SON LOS REQUISITOS PARA ESTE SENDERO:
- Discernimiento.
- Ausencia de deseo.
- Recta conducta.
- Amor.
Tratare de explicar cuanto el Maestro me ha dicho acerca de cada uno.
I.
DISCERNIMIENTO
El primero de estos requisitos es el discernimiento; por lo cual entendemos, generalmente, la facultad de distinguir entre lo real y lo irreal, que conduce a los hombres a entrar al Sendero.
Es esto y mucho mas aun; y debe practicarse no solo al comienzo del Sendero sino a cada paso en el que se diere; cada día, hasta el fin.
Entras tu al Sendero porque has aprendido que solamente en el pueden encontrarse aquellas cosas que merecen ser alcanzadas.
Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero estos duran a lo sumo una sola vida; por lo tanto son irreales. Hay cosas mas grandes que esas, cosas que son reales y perdurables; y una vez descubiertas, se extingue el deseo por las otras.
Solamente dos clases de seres existen en todo le mundo; los que conocen y los que no conocen; y este conocimiento es lo que importa.
La religión que un hombre profese, la raza a que pertenezca, no son cosas importantes; lo único que realmente importa es este conocimiento; el conocimiento del Plan de Dios para los hombres. Porque Dios tiene un plan, y este plan es la Evolución.
En cuanto el hombre ha comprendido este plan y lo conoce realmente, no puede menos que colaborar en el e identificarse con sus designios: tan gloriosos son como bellos.
Así pues, en virtud de este conocimiento, se hallara de parte de Dios erigiéndose en sustentador del bien y opositor del mal, trabajando por la Evolución y no por interés propio.
Si esta de parte de Dios, es uno de los nuestros y nada importa que se llame Hinduista, Budista, Cristiano o Mahometano; que sea Indio o Ingles, Ruso o Chino. Quienes están de Su parte, saben por que están allí y que deberán hacer, y están tratando de hacerlo.
Todos los demás ignoran aun lo que deben hacer, y por consiguiente, a menudo actúan neciamente y tratan de inventar procedimientos que creen pueden serles agradables, sin darse cuenta que todos somos UNO y que, por lo tanto, solo aquello que el Uno quiere, puede en realidad ser placentero para cualquiera.
Van ellos en pos de lo irreal y no de lo real; hasta que hayan aprendido a distinguir entre los dos, no podrán inclinarse hacia la parte de Dios. Por lo tanto, este discernimiento es el primer paso.
Mas aun después de hecha la elección, debes recordar que de lo real y de lo ilusorio hay muchas variedades y que se debe discernir todavía entre lo erróneo; entre lo que tiene importancia y lo que no la tiene; entre lo útil y lo inútil; entre lo verdadero y lo falso; lo egoísta y lo desinteresado.
No debería ser difícil la elección entre lo recto y lo erróneo, puesto que aquellos que quieren seguir al Maestro, han decido practicar el bien a toda costa.
Pero el cuerpo y el hombre son dos cosas diferentes y lo que el hombre quiere no es siempre lo que el cuerpo desea.
Cuando tu cuerpo deseare algo, detente y reflexiona si TU realmente lo deseas. Porque TU eres Dios y querrás solamente aquello que Dios quiere; pero es preciso que tu busques en la profundidad de tu ser, hasta encontrar al Dios en tu interior y escuchar su voz que es TU voz.
No confundas tus cuerpos, ni el físico, ni el astral, ni el mental, con tu YO. Cada uno de ellos pretenderá ser el yo, a fin de lograr lo que desea, pero tu debes conocerlos a ellos y reconocerte a ti mismo como su dueño.
Cuando hay trabajo que debe ser hecho, el cuerpo físico pide reposo, salir de paseo, alimento o bebida; y el hombre que no tiene conocimiento se dirá: "Yo quiero hacer estas cosas y debo hacerlas"; pero el que sabe dice: "Este que desea NO SOY YO y es preciso que espere".
A menudo, cuando se presenta una oportunidad de ayudar a alguien, el cuerpo fisco dice: ¡Cuanta molestia será para mi; mejor es que lo haga otro!- Pero el hombre replica a su cuerpo: "Tu no me impedirás ejecutar una buena obra".
El cuerpo es un animal a tu servicio, el corcel sobre el que cabalgas. Por consiguiente, debes tratarlo bien y cuidarlo; no debes fatigarlo demasiado; hay que nutrirlo convenientemente tan solo con alimentos y bebidas puras, manteniéndolo siempre escrupulosamente limpio, libre de la menor mancha de suciedad.
Porque sin un cuerpo perfectamente limpio y sano no podrás llevar a cabo el arduo trabajo de preparación, ni podrás soportar el esfuerzo incesante que ello requiere. Pero tu debes ser siempre quien domine a tu cuerpo y no el cuerpo quien te domine.
El cuerpo Astral tiene SUS deseos por docenas; querrá que tu montes en cólera; que digas palabras ásperas, que sientas celos; que codicies el dinero; que envidies las ajenas posesiones; que te dejes abatir por el desaliento.
Deseara todas esas cosas y muchas mas, no porque quiera hacerte daño, sino por que gusta de vibraciones violentas y le place cambiarlas continuamente. Pero TU no necesitas de estas cosas y por tanto debes discernir entre tus necesidades y las de tu cuerpo astral.
Tu cuerpo mental deseara considerarse orgullosamente separado de los otros; pensar mucho en si y poco en el prójimo. Aun cuando lo hayas desligado de los intereses mundanos, tratara de ser egoístamente calculador y de hacerte pensar en tu propio progreso en vez de pensar en la labor del Maestro y en ayudar a los demás.
Cuando medites, tratara de hacerte pensar en las mil diversas cosas que EL desea, y no en la cosa única que TU anhelas. No eres tu esa mente; sino que ella esta a tu servicio, y por lo mismo también en esto necesitas el discernimiento.
Vigila, pues, incesantemente, porque de otro modo fracasaras.
El esoterismo no admite componentes entre lo bueno y lo malo. A cualquier costa deberás hacer aquello que sea correcto, y abstenerte de lo indebido, sin reparar en lo que piense o diga el ignorante.
Estudia profundamente las leyes de la naturaleza y cuando las hayas conocido adapta tu vida a ellas, empleando siempre la razón y el sentido común.
Debes distinguir entre lo importante y lo no importante. Firme como una roca cuando se trate de la rectitud o de la maldad, cede siempre en las cosas que no tengan importancia. Porque habrás de ser siempre afable y bondadoso, razonable y condescendiente; dejando a otros la misma plena libertad que a ti te es necesaria.
Procura seleccionar aquello que merezca hacerse y recuerda que no debes juzgar por la magnitud de la cosa. Una minucia que sea directamente útil para la labor del Maestro, es mucho mas digna de hacerse que una cosa notoria que el mundo juzgaría por buena y grande.
Debes distinguir no solo lo útil de lo inútil, sino también lo mas útil de aquello que sea menos útil.
Alimentar a los pobres es una obra buena, noble y útil; pero alimentar las almas es mas noble y mas útil que nutrir a los cuerpos.
Cualquier rico puede alimentar los cuerpos, pero solo quienes poseen el conocimiento pueden alimentar a las almas. Si posees el conocimiento, tu deber es ayudar a otros a obtenerlo.
Por muy sabio que seas, te queda mucho por aprender en este Sendero, a tal grado, que aquí también necesitas del discernimiento para elegir cuidadosamente lo que valga la pena aprender.
Todo conocimiento es útil, y algún DIA alcanzaras todo el saber, pero mientras poseas solo una parte, procura que esta parte sea la mas útil.
Dios es Sabiduría a la par que Amor, y cuanto mayor sea tu sabiduría tanto mayor parte de El podrás manifestar. Estudia, pues; pero ante todo, estudia aquello que mas te capacite para ayudar a otros.
Persevera pacientemente en tus estudios no con el fin de que los hombres te consideren sabio, y ni aun por la felicidad de ser sabio, sino porque tan solo el hombre que sabe puede ayudar sabiamente.
Por grande que sea tu anhelo de prestar ayuda, si eres ignorante podrás hacer mas mal que bien.
Deberás distinguir entre la verdad y la falsedad; deberás aprender a ser veraz en todo; en el pensamiento, en la palabra y en la acción.
En primer lugar en el pensamiento; y esto no es fácil, porque en el mundo hay muchos pensamientos falsos, muchas necias supersticiones y quien se hallare esclavizado por ellas no podrá regresar.
Por consiguiente, no debes abrigar una creencia simplemente porque mucha gente piense así; ni porque haya existido por siglos; ni porque esta escrita en cualquier libro que los hombres tengan por sagrado; deberás pensar por ti mismo y juzgar por ti mismo si la creencia es razonable.
Recuerda que aunque mil personas estén de acuerdo sobre un asunto, si nada saben acerca de tal asunto su opinión carece de valor.
Quien deseare hollar el Sendero deberá aprender a pensar por si mismo, pues la superstición es uno de los mayores males del mundo, uno de los grilletes de los cuales deberás librarte por completo.
Debe ser verdadero tu pensamiento respecto de los demás. No pienses de ellos lo que no te conste, ni supongas que ellos te tienen en continuo en su mente.
Si una persona hiciere alguna cosa que tu creas pueda causarte daño; o digiere algo que creas se refiere a ti; no piensen en seguida; "Este quiere ofenderme". Muy probable es que ni siquiera haya pensado en ti, porque cada alma tiene sus propias dificultades, y sus pensamientos giran principalmente en torno de si.
Si alguna persona te hablare coléricamente no pienses; "Me odia, o trata de perjudicarme". Probablemente es que cualquier otra persona o cosa le haya puesto iracundo, y por haberte encontrado, descargue sobre ti su cólera. El esta actuando estultamente, porque la ira es una tontería, mas no por eso te es licito pensar erróneamente de el.
Cuando llegues a ser discípulo del Maestro, podrás siempre verificar la exactitud de tu pensamiento comparándolo con el suyo.
Porque el discípulo es uno con su Maestro, y basta con que eleve su pensamiento, hasta el pensamiento del Maestro, para percibir inmediatamente si concuerda con el. Si no esta de acuerdo, su pensamiento no es correcto y lo cambiara instantáneamente, porque el pensamiento del Maestro es perfecto, pues El lo sabe Todo.
Aquellos que todavía no han sido aceptados por El, no pueden hacerlo axial por completo; pero mucho podrán ayudarse deteniéndose a menudo y preguntándose la pregunta: "Acerca de esto. ¿qué pensara el Maestro? En esta circunstancia: ¿qué haría o que diría el Maestro?. Por que jamás deberás hacer o decir, o pensar, aquello que no puedes imaginar que el Maestro haga, diga o piense.
Debes igualmente ser verídico en la conversación, preciso y sin exageración.
Nunca atribuyas motivos a otro; solo su Maestro conoce sus pensamientos y podría suceder que aquel actué por razones que jamás hayan pasado por tu mente.
Si oyeres palabras de descrédito para alguien, no las repitas; podría no ser cierto y, aunque lo fuese, es mas caritativo callar. Reflexiona bien antes de hablar para que no digas inexactitudes.
Se sincero en la acción, nunca pretendas aparecer diferente de cómo realmente eres; porque toda simulación es un obstáculo para la luz pura de la verdad, que debería resplandecer a través de ti como la luz solar refulge a través de un límpido cristal.
Aprende a distinguir entre lo egoísta y lo desinteresado. Porque el egoísmo tiene muchas formas, y cuando crees haberlo destruido por fin una de ellas, surge otra, tan fuerte como siempre.
Pero gradualmente estarás tan lleno del pensamiento de ayudar a los demás, que no tendrás ya lugar ni tiempo para pensar en ti mismo.
Tienes aun que usar el discernimiento en otra forma; aprende a descubrir el Dios en cada uno y en todas las cosas, por malos o malas que puedan aparecer superficialmente.
Puedes ayudar a tu hermano, mediante aquello que tienes en común con el, que es la Vida Divina. Aprende el modo de despertar aquella vida en el; aprende a hacer un llamamiento a esa vida en el, y de esta suerte salvaras a tu hermano del mal.
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